Cata de los vinos BERNAVÍ de Terra Alta
Los Vinos BERNAVÍ de Terra Alta.
Los vinos fueron presentados por su enólogo, Marco Bernava. Le acompañaba su representante en Madrid, Jesús Chicharro Lorenci, sumiller inquieto, gerente de Futura Vinos y docente en la Escuela Española de Cata, en las redes sociales con las siglas «Jch Sumiller«. El lugar elegido fue un restaurante seducido por sus vinos llamado la “Cocina del Color”, está en la calle madrileña de Corazón de María, 33. También trabajan la cocina de encargo, bar de copeo y tapas.
El proyecto «Fínca Mas Vernet» surge en 2007. Marco Bernava es un enólogo milanés, ha trabajado en muchas de las zonas vinícolas de Italia, donde ha consolidado su formación. Con su mujer, Ruth Fullat Sisteré, se vinieron a este lado del Mediterráneo para consolidar un proyecto de vitivinicultura familiar, al que se unió su hermano Gino Bernava.
La finca Mas Vernet existe desde 1694, está situada al Norte de Vilalba dels Arcs, casi rodeada por el río Ebro (a escasos kilómetros), y en un terreno muy irregular. Tiene suelo cuaternario con abundante caliza y granito, está formado por numerosos montículos con sus «barranc», barrancos o cuencas de arroyos, en cuyos pequeños valles y laderas con formación de bancals, se encuentran las viñas.
Comenzaron con bastante viñedo autóctono viejo. El 55% eran de garnacha blanca con 80 años, tienen buena cubierta de yeso, un acierto para la cepa blanca. El microclima es complejo, seco y cálido en verano, pero los numerosos barranc retienen mucha humedad, necesaria para evitar el estrés hídrico de la cepa. La larga insolación y la proximidad al refrescante Mediterráneo se cruzan con las corrientes continentales del norte y noroeste, también con las cálidas del sur que llegan por los Monegros.
Trabajo de campo: Se definen como viticultores antes que elaboradores. En los valles emplean la agronomía integrada cultivando cereal y habas entre los surcos. Emplean solo abono orgánico, sin tratar la cepa con herbicidas, conscientes de que la tierra les da de vivir, hasta tienen su propio huerto.
Un viñedo de calidad es la antesala de un buen vino. Su logo tiene una «B» con huella que representa la personalidad del terroir, tierra, clima y factor humano.
Son vinos atrevidos y originales, algo lácticos y grasos por el trabajo de lías, de taninos domados que ofrecen un perfil suave, con cierta estructura y volumen, pero no pretensiosos, fruto de lo que aporta el subsuelo con riqueza cálcica y granito. Todos muy solventes en transmitir equilibrio de frescor. Tienen mucho trabajo de campo y bien rematados. Nos lo ofrecen con una buena relación calidad-precio.
1. Blanco: B´ «Bernaví – NotteBianca 2014″ 90% Garnacha Blanca de cepa vieja y 10% Viognier, 13,5%vol. 4 meses en inox
Vendimia nocturna. Fermentación controlada del mosto clarificado. El invierno en inox con sus lías finas.
Un vino de fresca untuosidad, provoca una agradable salivación por su chispa eléctrica (acusada mineralidad), moderada persistencia, con buen pase de boca, deja huella calcárea y de anisado amargor, bien ensamblado, en el retrogusto devuelve recuerdos salinos.
2.Rosado: B´ «Bernví – Ventuno 2014″. 100% Garnacha Tinta, 13,5%vol. 4 meses en inox
Las uvas se han macerado a 10ºC durante unas horas antes de su ligero prensado, control de temperatura en la FOH, trasiego a inox para la crianza del invierno.
Vino más floral que frutal, pero aromas de monte en primavera. Mas compañero de comida que de aperitivo, donde aparece la ligera glicerina de la garnacha, da sensación de algo salina, con un punto tánico, bien integrada la ligera acidez y astringencia. El único de la cata con notas astringentes. Un vino gastronómico, con personalidad, identificado con la fresca brisa del Mediterráneo.
3.Tinto: B´ «3D3 2013″. Garnacha Tinta, Syrah y Merlot. 14%vol. 8 meses en inox
Tres trabajos de campo por separado, pensando en la misma vinificación con un mismo entorno, fusión de tres encuentros que se han homogeneizado durante ocho meses en inox, para ofrecer un vino tinto Mediterráneo con un perfil fresco, suave y original.
Detrás tiene un solvente trabajo hasta con la difícil merlot, con buena polimerización de suaves taninos a la parte dulce y cárnica, taninos que hacen ligeramente balsámicos los aromas especiados y la fruta roja de la syrah. Tambien tiene algo de pote frutal pero no acentuado, tiene el mérito de parecer un vino sencillo, pero con muchas virtudes. Es original y llama la atención, engancha para la mesa.
4.Tinto: B´ «Negreita 2012″. Morenillo, Garnacha y un 35% de Montepulciano d’Abruzzo (pionero de esta variedad en España). 14%vol. Ensamblado 12 meses en fudre con roble de Slavonia de 3000l.
Van recuperando la uva autóctona Morenillo mediante injerto con selección masal. Variedad perdida por la política de meter kilos en las Cooperativas de la zona vinícola, curiosamente no amparada por la DO. Terra Alta.
Es un vino de autor, con aromas muy finos, sotobosque mediterráneo, frutos rojos con peso de ciruela y violetas con lavanda, tomillo, hojas de pino, con ahumados no acentuados. Notas muy suaves, balsámico y envolvente, sus finos taninos le hacen sedoso, terroso, se retiene y distrae en boca, con buena integración de acidez (destreza de la casa). Antes se le solía etiquetar como femenino por sus rasgos elegantes, suaves y sutiles.
5.Tinto: B´ «Bernaví MMXI 2011″ Samsó, Garnacha Tinta, Cabernet Sauvignon y Franc, Merlot. 13,5%vol. 24 meses en foudre de roble francés y Slavonia de 3000l.
Vino poderoso y top de la casa, creado con un pupurri de variedades de uvas, de seguro les ha dado mucho trabajo y quebraderos de cabeza, pero que han solventado muy bien. «Las variedades se juntan con el objetivo de mantener equilibrio. Las tempranas Merlot y Cariñena se armonizan con las más tardías Cabernet y Garnacha. Es un homenaje global al proyecto Bernavi-Terra Alta».
Señorial en nariz, la confitura es suave de fruta de fruta roja y negra, las notas mentoladas dan paso a las especias de monte bajo, tiene ligeros ahumados que no recuerdan la madera, otra virtud Bernaví. Se disfruta por la armonía de sensaciones, sin notas acusadas.
Amplio y potente en boca. Se siente el sabor de las uvas despalilladas, el olor de los conos cuando se retira la pasta, licor y ligero picor, contundencia. Otro vino sin notas astringentes, con dominio de taninos, pero este es largo, con buen volumen, equilibrio de la amplitud con verticalidad, el retrogusto vuelve a seducir.
Un vinazo con vocación de guarda, pero en su punto para disfrutar y a menos de 20€.
A esta altura de la cata, Marco ha demostrado ser un domador, es difícil crear un buen vino integrando uvas con tan dispar vinificación y elaboración.
6.Tinto: B´ «Ca´Vernet 2012″ 50% Cabernet Sauvignon y 50% Cabernet Franc. 14%vol. Ensamblado 12 meses en fudre de roble francés de 3000l.
El Médoc mediterráneo de la casa. Aromático y perfumado de violetas y compota de ciruelas, frambuesa, moras y uvas, ligeramente especiado y poco herbáceo, tabaco y heno.
En boca en el vino de la casa con más peso y juego frutal, un vino con cuerpo, de taninos frescos y suaves, su acidez muy equilibrada le hace agradable, fresco, de paso vertical, en su final de boca confunde la ligera astringencia con cierto picor o amargor, de indudable juego con la persistencia. El trabajo en viña de ambas variedades ha aportado mucho equilibrio en la elaboración, es decir, ayudar a sus maduraciones fenólicas evitando mucho peso de azúcar.
Un vino de copeo y también gastronómico, lo teníamos que haber catado antes del poderoso «MMXI 2011«.
Madrid, agosto de 2015