Arturo Pardos Batiste, Duque consorte de Gastronia
Mi homenaje a Arturo Pardos Batiste
El Duque de Gastronia es patrimonio de la Sumillería de elite, su Quijote.

Su afán por elevar aquella a ciencia le ocupa gozosamente en la recóndita Maison Rouge, en un pueblecito toledano, Alcabón.
Se nutren las feroces herramientas dialécticas del Duque del arte de cocinar de su mujer Stéphane, la Duquesa excelsa, así como de la reflexión filosófica, no exenta de surrealismo y provocación pero primando la razón, sobre la cocina inconsistente y sin argumentos de los cocineros del “así lo hacía mi madre”.
El Maestro echa mano de pensadores como San Agustín y Santa Teresa para definir la belleza y la espiritualidad de la Gastrónica, y de Freud para matar al padre gastrónomo.

Así mismo, con la ayuda de Lévi-Strauss y otros, mata también a la madre, dejando así sola y pura a la Gastrónica, perla de la neurona en movimiento en un universo de tontos.
Soy afortunado por haber bebido con Arturo Pardos, hijo y nieto del Surrealismo de Dalí y de André Breton, burbujeantes lágrimas del vino sagrado, el champaña!.
Hombre SIC (sensible, inteligente y culto), doblas la impoluta servilleta sobre el mantel, virginal escenario trans-geométrico donde el alma, entendiente y sentiente, nos ayuda a salir de la caverna donde nos instaló Platón, aherrojados.
Desde la urdimbre del mantel, laberíntica membrana de hilos tejida por Aracné para la mesa del gozo, descarga el feroz Duque de Gastronia su desdén sobre los mamotretos empecinados en el ‘vale tó’.
Madrid, 4 de marzo de 2017
Por Florentino Ordóñez Vino Rancio” en comunión con el Maestro, Arturo Pardos Batiste
http://elpais.com/diario/2001/02/21/madrid/982758260_850215.html


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