ARTADI SANTA CECILIA 2015, el vino del 95 aniversario de la Bodega Santa Cecilia
Maite Santa Cecilia: Nos llamó Juan Carlos López de Lacalle por que teníamos registrado el derecho de marca «Santa Cecilia«, por la tienda y también por coincidir con nuestro apellido.
Nos dijo que quería poner el coincidente nombre de la parcela al vino, no teníamos ninguna duda sabiendo lo de sus vinos de parcela. Nos dijo que iban a salir pocas botellas y nos las ofreció. Nosotros quisimos formar parte del milagro; un pequeño y recóndito viñedo, nada menos que en la Rioja Alavesa, ha terminado en las mágicas manos de Juan Carlos y su concepto de ARTADI, a la vez lo van a compartir con nuestra histórica Bodega con el mismo nombre, Santa Cecilia.
No teníamos duda de dar su protagonismo merecido al 95 Aniversario y hacerlo partícipe a nuestros clientes, ya llegará el Centenario.

Juan Carlos López de Lacalle: El valor de los Grandes Vinos está estrechamente ligado a la Tierra y a sus Gentes.
El vino no es grande porque tiene mucha acidez o taninos, o retrogusto, expresión o profundidad, no es grande por esto, el vino es grande porque lo asociamos a la tierra y porque lo asociamos al hombre.
La frutosidad y el frescor de los vinos es sinónimo del origen y del terroir.
Es importante contar con esa condición de estructura que se obtiene del aporte tánico y aromático de una barrica bien hecha. Pero sí que es cierto que hay que utilizarlo con mesura, sin romper la estructura frutal y la presencia de taninos que proceden del viñedo.
Es evidente que los vinos nacen en el viñedo y los vinos están asentados en suelos con características bien diferenciadas, la región, el clima, la orientación, la variedad, el manejo, la añada…son elementos que nos hacen palpar las peculiaridades que son el reflejo de la personalidad de cada viñedo. En ocasiones las diferencias son muy notables y en otras son más sutiles, pero lo importante es que estamos trabajando con unidades de producción pequeñas que nos aseguran sensaciones ligadas a su origen.
Seguro que Vds habéis vivido miles de oportunidades de catas y presentaciones de vino solo desde el aspecto técnico, frío, calculador y horriblemente aburrido y afortunadamente yo lo estoy notando ahora el mundo del vino se mueve a través de una pasión, la pasión del hombre, la pasión de la tierra, la pasión de la historia, la pasión de un legado histórico, algo que mueve a las personas que es el alma y el corazón. esto es lo que hace emocionarme, porque hasta ahora todo era tecnología y ahora fluye la pasión y la emoción, aunque suponga más sacrificio, pero algo más cerca de nosotros, El Hombre.
La foto del carro arrastrado con 900 Kg es emocionante… El contraste es el tractor, la máquina vendimiadora dando palos a los sarmientos y a la cepa para extraer el mosto.
Con este vino voy a contar una fantasía, un cuento, una historia corta metida solo en estas 144 botellas, motivo por el que estamos aquí, una sola barrica de vino.
He empezado a recopilar datos de esta parcela, de momento pocos datos…voy a presentaros los componentes del cuento…todo muy bucólico y pastoril.
Conceptos humanos.
La cruz, la choza, la divisa, un pequeño viñedo llano en un altiplano sin obstáculos dominando los horizontes, desde Sierra Cantabria hasta Sierra de la Demanda y el río Ebro con su extenso valle en medio.
He llegado a la conclusión razonada de que a Florencio le gustaba ese lugar, un sitio tan pequeño, según se recopile datos con los años lo haremos más extenso…
La cruz, esa cruz insólita, en ese páramo y con una sola una inscripción: «Florencio Marañon 1944, cruz de Santa Cecilia». Seguro que se dijo, voy a poner aquí una cruz porque yo aquí estoy muy a gusto.
El viñedo. Según los archivos del catastro está plantada en el año 1.937, hace 81 años y tiene un medio vital muy difícil, como ventaja es su planicie en altiplano y aprovecha todas las gotas de agua, la arena es muy permeable con poca capacidad hídrica, pero la piedra también hace una especie de esponja que genera la acumulación de agua y permite que los pelos de la raíz penetre y entrar entre esas rocas manteniendo humedad durante todo el año.
La viña es muy difícil de cultivar, es muy estrecha y no se puede meter maquinaria, bracea mucho con tantos acodos y poco espacio.Antes se cavaba con la azada, ahora está prohibida por la religión y nadie quiere ser pecador, entonces lo que hace la gente es echar herbicida, el cultivo químico…el pez que se muerde la cola. No va a ser el caso, está salvada.
Yo me imagino que esta viña Santa Cecilia estaba muy ligada a las personas, porque sino no tiene sentido de tener una casa, creo que la gente iba al viñedo, cultivaba el viñedo, trabajaba el viñedo y vivía ahí. Es como una especie de refugio, de sosiego, de refugiarse para el almuerzo, comida, vivir el día ligado al viñedo.
La construcción, la arquitectura deja leer cual es la historia detrás del vino. Ahora nadie se queda en el viñedo, terminas una tarea y rápidamente a casa.
¿Porque hacen ese edificio que cuesta tanto trabajo y esfuerzo?.
La viña esta muy deteriorada, lógicamente el objetivo no es producir, sino recuperar este viñedo, como otros, capaces de generar emociones. Este es el reto, 7.800 m2 para producir 288 botellas, la mitad las tenéis vosotros, se han quedado en España. Yo espero que con el cariño y el trabajo de apoyo, la tierra de la viña y sus cepas lo van a sentir, y en vez de casi 300 pasamos a 400 botellas.
Este es el reto
Ahora sentimos la necesidad de beber algo puro, de beber algo con su personalidad propia.
Con este Santa Cecilia nos hemos emocionado tanto que ya hemos comprado el caballo y estamos cultivando con el.
Este es el sentido de la parcela para ARTADI, encontrar el equilibrio natural para que nos permita disfrutar de los elementos naturales. Insisto, no hace falta que sea ni alto, ni grueso, ni pelo rubio…es la personalidad, la que vamos a poner en valor, al final, el vino es este, el resultado de la intervención de elementos naturales, este es el resumen.
Brindemos por esta coincidencia
La cata
Carácter del vino, pinceladas:
Lo más sorprendente del viñedo es la energía ácida que genera, la energía frutal, la energía vital que tiene, creo que se puede expresar como un cóctel de nariz, es un cóctel de menta, de notas balsámicas, de anises, de romero, de tomillo, fresco, fresco, fresco en boca y dulce, dulce, dulce en nariz.
Una mezcla tremendamente atractiva de frescor, de energía ácida y de balsámicos…se respira frescor.
Lleva 12 meses en barrica, no lo hemos criado en barrica nueva, pero es tan expresivo desde el punto de vista natural que recoge un poco de esa barrica, de dos años, y se carga un poquito de madera en nariz, tengo la confianza de que pasados dos o tres años, esas notas de madera, torrefactada y de caramelo torrefacto, coco, pasará a ser de notas balsámicas, se fundiran otra vez con una fruta fresca y balsámica. Esto en nariz.
¿Veis que no es un vino extremadamente estructurado?.
Casi el tanino no existe, al final es una caricia que envuelve la boca, no hay angulosidad por ningún sitio, no hay voluptuosidad, no hay grandeza, pero es preciso, lineal.
Preciso en su tanino, preciso en su composición, tanino tremendamente saturado, no hay ningún ángulo, si, es saturado, pero no pesado, en ningún momento es rústico. Porque algunas veces los taninos están saturados, el tanino es anguloso en la medida que no se une la molécula porque es pequeña, pero en cuanto al tanino, tiende a ser mucho más dulce y globoso.
En el caso particular de ARTADI Santa Cecilia 2015 es que hay un tanino maduro y saturado, pero en ningún momento hay grueso, no encontramos un vino de trazo grueso, es de trazo ligero, fino, elegante, delicado, no es corpulento. Hay que entenderlo así, pero no sabemos que fuerza tiene, ahora es un
bebe, le auguro hasta 30 años sin problemas.
¿Se parece a alguno de sus hermanos parcelarios de ARTADI?.
A Carretil. Porque tiene una energía ácida, aunque tiene un poco más de estructura de tocar, que no quiere decir de fortaleza, eso que llamo tocar, esa granulometría que genera el Carretil es un poco más amplia, pero aquí la elegancia y la finura del tanino es excelsa…
Maite: Este vino Santa Cecilia 2015 solo se ha repartido en nuestro «Club de Clientes Bodega Santa Cecilia«. No había suficiente para poner en tienda, en las posteriores si que lo haremos, pero vosotros tenéis dos ventajas, la otra es el recuerdo de esta entrañable cata con presentación. Es algo mágico lo que nos has contando Juan Carlos.
Juan Carlos López de Lacalle: Al final el vino es esto, el resultado de la intervención de elementos naturales, este es el resumen.
¡Brindemos por esta coincidencia!
Así lo traslada Florentino Ordóñez Vino Rancio